El control satisfactorio del dolor postoperatorio
sigue siendo un reto en el ámbito quirúrgico. A diferencia de otros tipos de
dolor agudo, las características e intensidad del dolor postoperatorio (DPO)
son previsibles, por lo que debemos anticiparnos al mismo evitando así sus
inconvenientes y complicaciones1. Hay que tener en cuenta que el dolor
postoperatorio es más fácil prevenirlo que tratarlo; por ello, entre los
objetivos de los anestesiólogos, cirujanos y Unidades del Dolor debe figurar
como primordial el tratamiento efectivo del DPO de manera agresiva y
multimodal2.
La incidencia, intensidad y duración del dolor
experimentado por el paciente tras la cirugía no son bien conocidos, por la
falta de realización de estudios de investigación adecuadamente diseñadas, lo
cual nos permitiría conocer de forma más precisa los múltiples factores que
influyen en el dolor postoperatorio.
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